30 de abril de 2009
Quizá fue una hecatombe de esperanzas, un derrumbe de algún modo previsto, ah pero mi tristeza solo tuvo un sentido. Todas mis intuiciones se asomaron para verme sufrir y, por cierto, me vieron. Hasta aquí había hecho y rehecho mis trayectos contigo, hasta aquí había apostado a inventar la verdad, pero vos encontraste la manera una manera tierna y a la vez implacable de desahuciar mi amor . Con un solo pronostico lo quitaste de los suburbios de tu vida posible, lo envolviste en nostalgias lo cargaste por cuadras y cuadras y despacito sin que el aire nocturno lo advirtiera, ahí nomas lo dejaste a solas con su suerte que no es mucha. Creo que tenés razón, la culpa es de uno cuando no enamora, y no de los pretextos ni del tiempo. Hace mucho muchisímo que yo no me enfrentaba como anoche al espejo y fue implacable como vos mas no fue tierno. Ahora estoy solo, francamente solo. Siempre cuesta un poquito empezar a sentirse desgraciado. Antes de regresara mis lóbregos cuarteles de invierno con los ojos bien secos por si acaso miro, como te vas adentrando en la niebla y empiezo a recordarte.
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