en plena luz

2 de agosto de 2012


R

Darme vuelta y encontrarte al fin,  sin distancias ni montañas. Siento todos testigos de mi llanto fluido y escondido, que gritaba por las noches cálidas llamándote, volviéndose frio a tu ausencia. Y yo volví y seguí. Viéndote siempre, llevándote en mis ojos. Me veían y te veían, y no falta más.
Desde ese entonces tengo ganas de verte siempre. Es una tristeza que solo sepa tu nombre, pero nada es tan grande cuando me acuerdo de tu mirada y tu sonrisa.
Hay noches en las que las estrellas dibujan tu nombre, y sonrío. Hay días en los que rio y no sé porque será, entonces te imagino riéndote también.  
Si te vuelvo a ver, mi alma va a estar contenta, el tiempo no será tan tiempo y quedara hecho recuerdos.  La soledad no va ser tan vacía si es compartida.
Porque todo estará en la mirada, y a la primera lagrima entenderemos que no hay distancias ni montañas que puedan atravesarnos, si al darnos vuelta siempre nos encontramos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario