Creo que los únicos regalos del mar son golpes duros y, cada tanto, la oportunidad de sentirse fuerte. No conozco mucho el mar pero sí sé que es así. Y también se que es importante no necesariamente ser fuerte, sino sentirse fuerte para medirse a sí mismo, al menos, una vez para encontrarse en las condiciones más primitivas (porque me encontré en estas condiciones) y enfrentar la ceguera y la sordera a solas sin nada que te ayude, salvo las manos y la propia cabeza.
Ya está, último día. Bienvenida Florencia a mí.
El lunes será el día 0
ResponderEliminarDespués, a vivir.
bienvenido amoor, bienvenido
ResponderEliminarbienvenido
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